CÓMO HA AFECTADO LA PANDEMIA A LAS TASAS DE LACTANCIA MATERNA
En este artículo veremos de qué manera ha influido el COVID-19 en el descenso de bebés, que han recibido lactancia materna tras el inicio de la pandemia.
Para ello, basaremos el artículo en un estudio realizado a mujeres y niños/as, que participaban en un programa especial de nutrición suplementaria, en el sur de California.
Maria Koleilat, Shannon E. Whaley y Cindy Clapp.Medicina para la lactancia materna. Enero de 2022.33-37. http://doi.org/10.1089/bfm.2021.0238
- Publicado en Volumen: 17 Número 1: 5 de enero de 2022
- En línea antes de la impresión:diciembre 3, 2021
Dicho programa tenía entre sus objetivos, la educación nutricional, así como la promoción y el apoyo a la lactancia materna, en familias desfavorecidas económicamente. Se ha estudiado de qué manera la COVID-19 ha potenciado la dificultad de las familias desfavorecidas, para acceder a los recursos.
Este estudio, recoge como desde marzo de 2020 , el número de bebés que recibieron lactancia materna a la edad de 1 mes, desciende de un 79.66% a un 76.96% respecto a los que nacieron antes de marzo de 2020. Así mismo, el porcentaje de bebés que recibieron lactancia materna a la edad de 3 y 6 meses, desciende de un 64.57% a un 56.79% y de un 48.69% a un 38.62%, respectivamente. En todos estos casos, se contabilizaba si los bebés recibían algo de lactancia materna, aunque tomaran también leche de fórmula. Es decir, estos son datos de lactancia mixta.
Confirmando con estos datos por tanto, que la lactancia materna a los 1, 3 y 6 meses descendió en el caso de mujeres que dieron a luz durante la pandemia.
Sin embargo, si se contabilizan los datos de lactancia materna exclusiva, el descenso es aún más significativo. Pasando de un 28.51% a un 18.06%, en el caso de bebés de 3 meses. Y de un 15.66% a un 10.38%, en casos de bebés de 6 meses.
Curiosamente, cuándo se le preguntó a las mujeres del estudio sobre su percepción sobre si la pandemia había influido en su decisión de amamantar, el 75% de la población de estudio, aseguró que no lo había hecho.
La realidad muestra por tanto un descenso significativo de las tasas de lactancia, y esto lleva a dicho estudio, a valorar las principales causas de ello. Si la pandemia no ha influído en la decisión de las mujeres de amamantar o no, ¿Por qué se ven afectadas las tasas de lactancia?
La respuesta es simple. Aunque a priori las prácticas hospitalarias parece ser que no sufrieron diferencias significativas, sí que lo hicieron la prestación de diferentes servicios: Se eliminaron muchas citas presenciales, siendo atención solamente telefónica u online, tanto durante el embarazo como en el postparto.
Aún así, no podemos tener confianza absoluta de que las prácticas hospitalarias no sufrieran cambios, ya que el estudio es sesgado. Haciendo solo valoración de 3 de los 10 items que se consideran en el caso de hospitales IHAN, no hubo diferencias en los porcentajes de cada uno de ellos antes y después de marzo de 2020:
- Amamantar en la primera hora de vida: 75,16% vs 73,19%
- No ofrecer leche de fórmula para llevar al domicilio , tras su estancia en el hospital: 47,18% vs 49,8%
- Facilitar un teléfono de ayuda y apoyo a la lactancia: 84,32% vs 83,42%
El Programa del que hablamos, y en el que se basa dicho estudio recoge entre sus prestaciones las siguientes:
- Poner a disposición de las familias, personal cualificado en lactancia materna
- Facilitar extractores de leche
- Promover la disminución del reparto de leche de fórmula
Se ha demostrado que dicho programa, ha promovido con su apoyo de la lactancia materna, un aumento de las tasas de esta.
Desde el inicio de la pandemia y tal como comentamos en párrafos anteriores, la atención ha pasado a ser online. Con lo cual muchas familias, han visto cómo sus lactancias se veían afectadas.
La atención online y telefónica difícilmente puede cubrir una parte importante del acompañamiento, como es la parte emocional. Además de que el personal y los servicios se vieron reducidos. Y el acceso a ellos se dificulto notoriamente
En cuanto a la leche de fórmula, podría creerse que el miedo al desabastecimiento, hiciera que las reservas bajaran. Y la falta de ellas, llevará a un aumento de la lactancia materna. Pero contrariamente a esto, hay que tener en cuenta que la información que se dió acerca de cómo podría afectar el virus, era muy contradictoria. Esto hizo que muchas madres, temieran ofrecer el pecho a sus bebés por miedo a que se contagiaran. Basándose en muchos casos, en recomendaciones en las que se animaba a separar a los bebés de sus madres, y ofrecerles lactancia materna en diferido.
Según se iba conociendo más sobre el virus, los organismos oficiales como la OMS, recomendaron no solo no interrumpir la lactancia materna. Ya que se había demostrado su baja incidencia de infección en lactantes, sino que además se potenciaba a llevarla a cabo. Recordando las propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias de la leche materna.
Ha quedado patente, cómo la lactancia materna sufre en tiempos de crisis. Por lo que es de vital importancia ofrecer información de calidad, adaptada a la situación concreta que se esté viviendo, para que las familias puedan tomar decisiones basadas en la evidencia científica. Así mismo, favorecer recursos y profesionales, no sólo formados en lactancia materna, sino con competencias personales suficientes, para acercarse de una manera muy emocional a las mujeres en sus puerperios. Y por supuesto, favorecer recursos presenciales, con las garantías adecuadas. Ya que la información y el acompañamiento se ven afectados en su calidad, cuando el contacto no es directo.
Y por último, la importancia de evitar en la medida de lo posible, recortar los recursos y el personal que se pone a disposición de las familias, tras el parto. Ya que esto provoca desigualdades sociales, siendo las personas con mayores recursos las que pueden acceder a ellos.
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